Parte esencial de cualquier proceso productivo y de la mayoría de los servicios que conocemos hoy en día y con los que interactuamos a diario, es sin duda alguna la maquinaria. Cuanto más grande y pesada más importante, no por su necesidad en sí, ya que entendemos que si existen y se usan, son imprescindibles, sino por el propio hecho de todo lo que conlleva la gran maquinaria, procesos llevados a cabo, recursos humanos, coste o mantenimiento son algunos de ellos. Redlers, deshuesadora, cámara de combustión, sinfin, tromel de secado, maquinaria portuaria o tolvas son algunos ejemplos de maquinaria en la que la gestión de la misma se antoja de vital importancia.
Diversos son los sectores que alquilan maquinaria para proyectos concretos, sin embargo, en la industria se generaliza la fabricación de maquinaria especializada a medida, cuyo fin es adaptarse a las necesidades y características, así como las medidas de las instalaciones de cada empresa. Sectores como los alimenticios a granel, industria del aceite o portuario, necesitan de una maquinaria muy específica, es por ello, que su necesidad constante se haga esencial en su actividad diaria.
De los dos párrafos anteriores, todos podemos sacar una conclusión clara; la adquisición de dicha maquinaria debe ser una decisión estudiada, consensuada y encargada empresas con experiencia y fiable. Hasta aquí, ninguno de nosotros tiene dudas.
Ahora bien, no solamente debemos adquirirla, sino gestionarla para la optimización de los procesos, así como alargar su vida útil. Cosa que parece sencillo pero no lo es.
Cada maquinaria debe tener un especialista, ya que en su uso cotidiano radican sus ventajas, éste a su vez deberá ser el encargado de su puesta a punto diaria, mantenimiento y limpiado, así como en los casos oportunos advertir de las necesidades de equilibrado y mejora por parte del fabricante.
Todo ello no solo alargará la vida útil de nuestra maquinaria, sino que evitará rupturas en la producción, eliminará costes y mejorará nuestra productividad y eficiencia.